Caza Mayor

Solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR.

"a mi hermano Juan Manuel A. Filippelli"

Gracias JM por mostrarme cual es el camino y hacerme ver que …
“el hombre no es un hombre hasta que no teme como un niño”.

(para las cineastas…les dejo un adelanto de Parana 4)





Cosecharas tu Siembra

A buen entendedor pocas palabras…, la siembra de animales salvajes en lugares inhóspitos, deshabitados, es tan antiguo como la caza misma, como la necesidad de supervivencia.

Ya las primeras civilizaciones nómadas de las que se tiene registro, es sabido que llevaban consigo sus animales para liberarlos, “sembrarlos”, en zonas que tras unos años volverían a instalarse; como ser el Hombre de Cromagnon (Homo Sapiens Sapiens) hace unos 18.000 años, quienes con sus precarias técnicas pero extraordinarias habilidades artísticas nos han dejado sus pinturas como legado, como recordatorio de su modo de supervivencia y evolución, su mayor interés fue trasmitir acerca de la procuración de su alimento.

Dibujos en Cuevas de Altamira














Siglos después se repite la misma escena sobre la siembra de animales, esta vez los protagonistas son mas evolucionados, sus sociedades mas avanzadas, estos ya se mueven en embarcaciones y trasladan sus ejércitos por el Globo de un extremo a otro. Saben bien lo que están haciendo, ya no se trata de buscar nuevas zonas de caza, nuevas zonas ricas en alimentos, zonas benévolas y estacionalmente favorables; ahora se trata de otra cosa, se trata de conquistar nuevas tierras, se trata de ganar terreno, de adueñarse de espacios y raptar voluntades, se trata de los “Conquistadores”, de quienes traían la palabra, de quienes mancharon y devastaron todo lo que han tocado a su paso.
Ellos en sus viajes, en sus paradas para mantenimiento de los navíos aprovechaban para reaprovisionarse de agua, frutas y todo lo que este a su alcance adueñarse.
También efectuaban la suelta y liberación de animales domésticos, quienes en pocos años involucionaban volviendo a su estado salvaje, para luego de unos años en su vuelta a casa hacer escala nuevamente en esos lugares y ya no solo abastecerse de agua y frutas silvestres, sino que también practicaban la caza de estos animales obteniendo la preciada y nutriente carne de sus presas.

Cuadros representativos















Actualmente y sin tener las mismas necesidades, estamos quienes preferimos obtener nuestros alimentos de modo natural, como la naturaleza lo impuso en un comienzo, que es obteniéndolo por cuenta propia, que si bien hoy día tenemos infinidad de lugares y variedades donde obtenerlo de un modo muy sencillo en una góndola al alcance de la mano de un niño, todavía quedamos algunos que preferimos salir a buscar nuestro sustento fuera de nuestros “asentamientos”, preferimos volver a cazar al monte, a la selva, o al campo, donde sea que sepamos que este ahí vamos por el y tal cual lo ha hecho el hombre durante siglos, nosotros también preferimos sembrarlo cerca para no alejarnos tanto de nuestros hogares cuando salimos en su búsqueda.

Nosotros somos un grupo que cazamos con jauría, cazamos jabalí con perros Catahoulas y sin armas de fuego. La caza con perros muchas veces nos lleva a cazar animales que en otras circunstancias optaríamos por no hacerlo, como ser la captura de una hembra.
En la caza con jauría los perros no distinguen de machos y hembras, no distinguen de hembras con crías o sin ellas, solo buscan lo que les enseñamos a buscar, comida, nuestro sustento.

En esos casos, cuando cazan una hembra con sus crías, es donde nos hacemos de animales para reubicar en zonas próximas a nosotros, nos quedamos con esos cachorros, los curamos, alimentamos y criamos, para posteriormente liberarlos y que vayan poblando una nueva zona.
El jabalí es un animal de hábitos nocturnos, muy prolifero, inteligente, se adapta muy bien a distintos climas y terrenos, es un animal de alimentación variada, es un animal esquivo, salvaje, extremo, dispuesto a ganar los lugares mas recónditos lejos del ser humano, donde lograr cazarlo es siempre un desafío físico y estratégico como pocas presas pueden presentarnos.


Captura y Liberación


Para ver el video en Youtube

http://www.youtube.com/watch?v=TvfkBIrLoQQ

La carne o el "Trofeo"

Tema que siempre genera debate entre aficionados, discusión interminable y titular de una gran mentira que encubre a simplemente matadores y enriquece a comerciantes, quienes inducen a la gente a cazar/fusilar solo por el tamaño de la cabeza del animal, de sus cuernos o sus colmillos; cabeza que termina colgada en una pared para que la vean todos sus amigos, para que demuestre su seudo destreza al haberla obtenido y para que tras unos años termine tirada en algún deposito con trastos viejos, o bien simplemente regalada.

Que difícil es poder dar una opinión inmediata, sensata e inofensiva, ya que estarían implicados varios amigos y conocidos a quienes no es mi intención ofenderlos.

Para mi la caza no es cosa de trofeos sino todo un modo de vida donde se trata de obtener nuestros recursos, los que incluyen la cuota de alimentos emulando a nuestros antecesores y es ahí donde la caza, donde la cacería forma parte de esa obtención, siendo tan solo un medio, un móvil para cubrir la cuota y no un simple deporte, pasatiempo o divertimento. Si bien cuanto mayor el tamaño es mucho mejor, nos evita el continuar la búsqueda.

Es cierto también que la caza de animales tan solo por su trofeo, por la belleza de sus cabezas y o de sus pieles no es algo del hombre actual, ya que siempre existió.
En nuestra línea del tiempo sobre el Planeta, hace ya 40 millones de años “Los Homínidos” y hasta hace unos 40 mil años “El Homo Sapiens” cazaban solo para proveerse de alimentos, aceites, grasas, pieles, abrigos, etc. Luego vino lo que la Ciencia llama “El Hombre Moderno” (40.000 años) a esta parte, donde esta evidenciado en todas regiones y culturas del globo que el hombre hacia presas a distintos animales por sus atributos, por sus condiciones y no solo por el alimento. Cuantas tribus en sus ritos conllevan a los implicados a la caza, generalmente lo vemos o leemos en los jóvenes que para cruzar la barrera entre niño y adolescente/adulto como parte de la ceremonia y del proceso de transición es necesario que traiga una presa, y cuanto mas grande mejor, con mas logros paso la prueba y mas jerarquía obtiene entre los suyos; también se da en distintas culturas el sacrificar una presa a sus Dioses, para pedirles por lluvias, por sus cosechas, por la salud de su Pueblo, etc., en ambos casos siempre se consideraba la presa mas grande como la mas efectiva a tales fines, en consecuencia esa presa era solo un “Trofeo” y no soy quien para juzgar eso, ni tengo los conocimientos ni la autoridad para hacerlo, lo cierto es que viéndolo de eso modo si lo justifico, ya que formaba parte de sus culturas y creo que no se las debe cuestionar, sin ellas no estaríamos hoy aquí, es mas, creo que a nuestra educación, ya sea en colegios, universidades y en el seno de cada hogar se debería enseñar mas acerca de quienes fueron nuestros antepasados.

Pero en el hombre actual no es así, nada de esto se considera, nosotros de niños no somos sometidos a esas pruebas, a esas ceremonias, entonces porque pareciera que obtiene mas jerarquía quien obtiene el mayor Trofeo?, el tema creo que es totalmente repudiable, la actitud de aquellos que solo fusilan un animal por el tamaño de sus atributos, haciéndolo desde un lugar a buen resguardo, sin darle ninguna oportunidad al animal, sin respetar su ser, matándolos desde un apostadero, que no es mas que un lugar introducido por el hombre o mucho peor dentro de un coto de caza, donde al “cazador” se le brinda un techo, paredes y hasta vidrios para estar protegidos de las inclemencias de la naturaleza, con buen abrigo y refrigerios para pasar el tiempo hasta que el animal se ponga en línea y ángulo de tiro.
No se le debería permitir tener un arma y mucho menos pisar el campo, solo hacen daño a las especies.

Esa gente habla de cazar… que saben acerca de la caza?

La caza es tomar la vida con nuestras manos, es dar muerte para continuar la vida, es a través de un cuchillo o una lanza la unión de dos mundos.

Lo importante del cazar no es el tamaño del Trofeo, sino haber obtenido tu presa.








































































En la Piel de un Cazador

Hace unos días nuestro amigo Daniel “El Gaita” nos hizo llegar un escrito, no se si es una poseía, prosa o se lo encasillara en algún otro genero dentro del mundo literario, lo cierto es que en su escrito describe parte de la esencia de la que esta hecho un verdadero cazador y quería hacérselo llegar a todos quienes visitan este sitio.



Espero sepan interpretarlo desde la humildad y sencillez, pilares fundamentales en este oficio.


En la Piel de un Cazador

Trata de estar una vez, tan solo una vez, en la piel de un cazador.
Ellos son uno con la naturaleza, que aunque hostil a su paso, se aúnan entre la huella y el viento.

Dirán algunos, que solo son fabricantes de cadáveres en beneficio de sabe Dios que cosa, otros, que son una especie rara de perros sedientos de sangre con forma humana.

Pero la realidad no es esa...

Tienen como norte, la comunión de lo real con lo natural,
y deben hacer de la noche su aliada incondicional.

Viento gélido cuando arañan la espesura, sol mordaz de Enero quebrándoles la piel, extraña raza de humanos rayano con lo salvaje que hacen del acecho su carta coronada mas excelsa.

Vivir de la selva, comer a veces lo que su presa desecha
Y compartir la sangre de cristo luego de la faena.

Eso es un cazador.

Desde los confines de la humanidad más primitiva, ellos hacen que su estirpe no claudique entre sarcasmos y habladurías baratas, ya que los que mal hablan, son totales eruditos en la ignorancia con lo natural, tierra, agua, viento y fuego.

De eso estamos hechos.

No buscan la muerte de su presa por el solo hecho de saber el color de su sangre, viven en el estado mas importante que un hombre puede tener, vivir con su presa, toda esa adrenalina que emana desde los confines de la historia.

Ellos, como el hombre de las cavernas, un caballero del medio evo o un hombre de la América contemporánea, llevan consigo el mismo gen, el de la aventura y por que no decirlo, el desafió con lo divino.


Daniel Gallego
Para mis amigos Carlitos y Gerardo de mi autoría.


El Absurdo de un Trofeo



La semana transcurría y mi mente ya disfrutaba de mi próxima visita al campo; preparando equipo y estrategias, estudiando mapas, el clima, etc., pasaron los días y finalmente la hora tan ansiada llego, la hora de partir rumbo a la aventura, la hora donde empiezo a vivir…; que para mi sorpresa, seria una de mis mejores salidas.

Esta vez como tantas otras parto solo, sin mis Compañeros ni los Perritos, solo con mi fusil lo vivo distinto, los aciertos y los errores son propios, es nuestro instinto, nuestro conocimiento y nuestra experiencia quienes nos guían en la oscuridad de la noche.

Esta salida tenia dos objetivos, encontrar los “nidos” de los jabalíes de la zona para volver con los Catitas, tarea sin éxito que demando toda la noche, y en segundo lugar ya con las primeras luces continuar con mi búsqueda del Gran Trofeo de ciervo Axis.

Fue una larga noche, nublada, cerrada, oscura y peligrosa; los primeros fríos se hicieron notar sin pasar desapercibidos, se hizo muy difícil el poder dar con los “nidos”, el terreno era desconocido para mi, pajales, lagunas e interminables planicies conformaban la zona a rastrillar; el aire frió cortaba mi cara en una noche silenciosa y unas gotas que cayeron durante la madrugada hicieron todo mas difícil, hicieron de esa noche una noche para el olvido.

De vuelta en el campamento enciendo un fuego reponedor, unos cuantos leños de Tala, algo de Cabure y un buen mate cocido hicieron mas llevadera esa hora que faltaba para el amacer.
Un zorro curioso se acerca a una distancia prudencial, observándome desconfiado; es raro que estos animales se dejen ver y mas raro aun es que se acerquen si uno no tiene carne de alguna presa, tal vez el zorro necesitaba del fuego tanto como yo.
Paso rápida la hora y una vez remplazado el equipo nocturno por el diurno ya estaba listo para partir.

Camino al lugar donde ya había visto rastros del animal a quien varias noches escuche bramando por su territorio y por sus hembras, es un animal muy esquivo, desconfiado y lleno de “sistemas de vigilancia” naturales muy difíciles de franquear sin ser percibido. Tiene olfato, visión y oídos privilegiados, cuenta con la ayuda de los pájaros que en cuanto nos ven nos delatan con su canto indicándole de nuestra presencia, el suelo del bosque y la espesura del monte durante otoño e invierno están llenos de ramas caídas, hojas secas y charcas que ineludiblemente pisamos generando ruido, un chasquido quebradizo muy distinto a los ruidos naturales propios del lugar.
Dar con un Axis macho adulto, lo que se considera un “Trofeo” (para quienes la caza es cuestión de trofeos, cosa que no es mi caso), y cazado en forma silvestre, en forma natural, en su hábitat y en estado salvaje (y no en cotos de caza donde se fusilan animales de criadero), es muy difícil; generalmente el macho esta rodeado de un harem de hembras y machos mas jóvenes quienes hacen aun mas difícil el acercamiento, son mas ojos los que miran, narices las que huelen y oídos los que escuchan, digamos que son muy pocas las expectativas, muy bajas nuestras probabilidades de poder dar con ese animal.
Tal vez tanta dificultad es lo que me ha mantenido todo este tiempo buscándolo e intentando cazarlo.

Aparecen las primeras luces del día, la primer claridad y ya en su territorio lo veo a la distancia, venia solo, tranquilo, confiado, caminando por una cañada oculto entre la niebla del amanecer que apenas me permitía verlo; era un animal hermoso, la criatura mas linda que vi hasta entonces, era imponente, con su majestuosa cornamenta a modo de corona, y delicado, exclusivo y singular pelaje a modo de una capa señorial se lo veía esplendido, se lo veía como a un Rey y así como el León es el Rey de la Selva y el Cóndor de los Cielos, éste animal sin lugar a dudas debería llamárselo el Rey del Bosque, porque verdaderamente así se lo veía recorriendo sus dominios.
En cuanto lo vi me tire al piso, el suelo estaba húmedo y olía a hierba fresca, olía a naturaleza salvaje, al agacharme intentando evitar que me viese, tuve la sensación de estar agachándome como si reverenciara a un Dios, fue una sensación que nunca antes había experimentado.
A medida que el animal se acercaba en línea recta hacia mi posición podía escuchar el crujir de los cardos a su paso, si hacía el mas mínimo movimiento me delataría, solo podía verlo cada tanto de reojo y veía como el vapor de su aliento en la madrugada le daba un aspecto místico, cual dragón escupiendo su fuego.
En ese momento y ya estando próximo a unos 60 metros sabia que tenia muy poco tiempo, estábamos frente a frente, cara a cara, en cuanto me moviera el animal huiría de inmediato, tenia solo una oportunidad, solo una fracción de segundo para definir el tiro, en ese instante corrieron por mi mente muchos pensamientos inoportunos, pensé hasta donde podemos llegar?, hasta donde somos capaces de hacer?, hasta donde somos capaces de malograr?..., ya profanamos la Selva mostrando al León desde una Land Rover rematándolo al cazador que sea el mejor postor, pensé en la comercialización de esclavos, exponiéndolos como artículos en la vidriera de un shopping, pensé en cuando mataron a Cristo, pensé como nos dañamos a nosotros mismos y todo el mal que el hombre hizo; asimismo sabia que era el momento que tanto había soñado, quería saber que se sentiría al poner el retículo de la mira en su corazón y jalar del gatillo, pero una voz interna me decía que no podía dejar al bosque sin su Rey, lo cierto es que por algo que aun no me explico el animal cambio su rumbo y se perdió en el follaje, nunca mas pude verlo, no supe en que dirección rumbeo y nunca sabré que se siente al jalar el gatillo, porque tras haber vivido esta experiencia estoy totalmente convencido que a esos animales no hay que matarlos, ya tuve la oportunidad, en cierto modo ya lo cace.
En definitiva soy cazador, no un asesino de las exquisiteces que aun hoy y a pesar del mal trato y descuido que le damos nos sigue brindando la naturaleza.

Durante años busque ese “trofeo”, la cornamenta record, lo busque una y mil veces, día tras día y noche tras noche buscaba dar con ese animal, sufrí cansancio, frió, hambre y sed, camine cientos de quilómetros persiguiéndolo y ocupe aun mas horas acechándolo, y hoy… , hoy doy gracias de no haberlo matado, satisfecho de no quitar la vida al macho reproductor de la raza, al que mantiene el equilibrio de la especie, a “El Señor de la Manada”.

Muchos dijeron, le hubieses tirado, total no es una raza autóctona, esos animales perjudican a la flora y fauna local. Particularmente no creo que así sea, si la naturaleza no los elimino de su nuevo territorio quien somos nosotros para tomar esa decisión?, para cumplir ese rol?, no creo que perjudique la normal evolución de nuestro mundo, de la gigantesca maquina natural en la que estamos viviendo.
Con esa línea de pensamiento de eliminar lo que no es autóctono de cada sitio eliminemos también a los extranjeros que habitan nuestra tierra, eliminemos sus culturas, eliminemos creencias, eliminemos religiones, eliminemos el arte, eliminemos los artículos que consumimos y utilizamos a diario, eliminemos todo aquello que no sea propio de nuestro suelo y por ultimo y en consecuencia eliminémosnos también a nosotros mismos, ya que tampoco somos propios de estas latitudes puesto que hemos descendido de los árboles en África Oriental hace ya unos 15 millones de años.
De cualquier modo no es la intención ni el espíritu de este escrito crear un debate filosófico sino el concientizar a los cazadores en cuanto a las diferencias y lo que debemos o no permitirnos cazar. Si continúan cazando solo por mostrar un trofeo, muy pronto nos vamos a quedar sin machos que transmitan buena genética y nuestros hijos ya no conocerán lo que son estos magníficos animales, no podemos ni debemos privar a unos cuantos de ese privilegio por el capricho infundado de unos pocos.

Cayendo la tarde emprendo el regreso a casa, esta vez sin presa, sin carne para mi mesa, pero colmado de satisfacciones y sin poder dejar de pensar …porque ese viejo zorro se acerco a mi fuego, sería acaso un emisario del Rey?

Desde hoy cuenta con un nuevo escudero, ... a sus órdenes su Majestad!

Con la Luna por Testigo



El ser humano se ha acostumbrado a realizar sus actividades durante el día desde que llego a este mundo, desde que descendimos de los árboles, desde que el hombre es hombre.

Somos seres diurnos, nuestras actividades se desarrollan bajo la claridad del día, nuestros ojos se han desarrollado para la luz, es tan estrecha nuestra relación con el día que muchas civilizaciones han adorado al Sol durante siglos.

Fuimos presas de depredadores nocturnos durante miles de años y esto a dejado un sello en nuestra inconciencia primitiva, el temor por la noche, por la oscuridad; hoy en día la ausencia de luz nos incomoda en cualquier circunstancia, ya sea en un ascensor, en el subterráneo, en compañía o en soledad hasta en la situación cotidiana mas común dentro de la protectora seguridad de nuestros hogares se corta la luz y nos incomoda, necesitamos ver y necesitamos ver ahora.

Sin embargo existe un mundo mágico en la oscuridad de la noche, lleno de oportunidades para un depredador, oportunidades únicas que favorecen al cazador. Nuestras presas son mayoritariamente de hábitos nocturnos, se encuentran fuera de sus escondrijos comiendo, migrando de un lugar a otro, apareándose, etc., están atentos a todo, a cualquier señal menos al ser humano, no nos esperan a esas horas, no buscan nuestras señales e incluso tienen menos aliados naturales que delaten nuestra presencia, las aves duermen, el ganado esta echado, etc., en consecuencia es mucho mas fácil el acercamiento e incluso la elección de la presa.

La cacería nocturna trae aparejada un sin numero de circunstancias que normalmente no percibimos, todos nuestros sentidos se potencian, solo debemos concentrarnos un poco mas y dejar florecer nuestros mas primitivo sentido cazador, es una orden natural que nuestro cerebro le imparte a los sentidos para agudizarlos llevándolos al limite; nuestro olfato, oído e incluso visión, podemos ver mucho mas allá de lo que imaginamos podríamos ver en la noche, son otros los olores, los rastros son mas frescos y se perciben mejor, los ruidos en el silencio absoluto nos indican muchas cosas, tipo de animal, distancia, etc., podemos sentir el rocío caer en nuestro rostro y escuchar un río distante.

La cacería nocturna es solitaria, la propia oscuridad te da la sensación de estar en un cuadro donde solo habitan presa y predador, es un juego estratégico que se desarrolla prácticamente a ciegas donde no te podes permitir el mas mínimo error, se debe andar muy despacio, cauteloso y observar mucho mas cada señal antes de avanzar hacia donde creemos debemos ir, es algo donde no solo participan todos nuestros sentidos sino donde prima nuestra inteligencia.

En consecuencia, no existe mejor oportunidad para el cazador que el manto de invisibilidad que crea la noche, o sera que aun somos seres solitarios que nacimos y moriremos en la noche; y he ahí esa comunión con varios de nosotros.


Lo cierto es que No existe impedimento alguno para lograr nuestro cometido, no existe situación climática o geográfica adversa, solo debemos adecuarnos a cada instancia en la que tenemos la maravillosa oportunidad de proveernos, en la que tenemos que decidir y ser por un instante lo que a todos nos llegara algún día.



Tiempo perdido, el peor de los Tiempos

El otro día alguien me dijo… que pasa que ya no subís mas nada al Blog?. Pensé muchas cosas, en principio que bueno que alguien lo consulte y se mantenga expectante de las modificaciones, también me dije, cuanto tiempo perdido, es el peor de los tiempos; estoy dedicando mucho tiempo a cosas que no son propias en mi persona, no se porque últimamente intento hacer entender en distintos ámbitos a la gente acerca de determinados asuntos referentes a la caza, intento transmitir conocimientos y no sigo fiel solo a mis principios de aprender y nada mas que aprender observando a quienes me antecedieron en este oficio o bien aprendiendo solo de observar con mis propios ojos, mis propios sentidos y mi propio entender el misterioso y fascinante movimiento de la gigantesca maquina natural.

El Tiempo perdido enseñando, es tiempo perdido de aprendizaje, es tiempo perdido en idear, en planificar, en superarnos. La cacería no tiene tiempo, la caza no se debate, no existe tiempo para la discusión, es tiempo precioso perdido, es tiempo de ventaja para nuestra presa. Mucho menos tiempo tenemos para el convencimiento del necio, del ignorante, de quien mansilla el adjetivo cazador autoproclamándoselo y no sintiéndolo desde lo mas profundo de sus entrañas, desde la esencia de su ser. Esto no se autoproclama, esto se vive, se transmite, se emana.

Hablan de la muerte… que saben acerca de la muerte?

La cacería nos deja solo sangre, carne, cansancio y satisfacción de proveer y proveernos. Nos deja una enseñanza única en la vida, acerca de la vida y la muerte, nos deja un balance extraordinario de las cosas que solo entienden aquellos que por un instante fueron eso que a todos nos llegara algún día y que desde ese instante ya no somos el mismo, somos otro, somos una suerte de eslabón invisible, un equivalente y necesario colaborador en la evolución.

Cuando un verdadero cazador habla se lo debería escuchar y cuando un cazador hace se lo debería observar, y nunca se lo debe cuestionar, el hacerlo implica perder un tiempo único acerca de algo que se da en un momento y generalmente es irrepetible.


Aquí vuelco algunos testimonios recientes de cómo la caza se vive y no se la discute.

(Haga click en la foto para ampliarla)















Zumbaga

Una tarde en una reunión de amigos hice un comentario acerca suyo y alguien me dijo, fijate creo que esta su foto en esa revista, impaciente y con la esperanza de volver a verla busque y ahí estaba, tal como la recordaba, espléndida, imponente, rodeada de modelos, su brillo la destaca de las demás casi opacando al resto. Pense dentro mío fue concebida para mí, como si yo mismo la hubiese creado a mi gusto.

Mi interés por saber mas, por conocerla mejor, por saber todo acerca suyo me llevo a buscar mas y mas información y para mi sorpresa encontré muchas paginas Americanas donde la mencionan, donde se ven sus fotos, medidas, comentarios, notas, etc., es toda una estrella, una celebridad en lo suyo.
Establecimos el contacto y una vez hecho los arreglos pertinentes supe esa misma tarde que nuestro primer encuentro seria solo cuestión de tiempo.

Espere tanto ese momento, armado de paciencia y aun dudando que fuese solo un sueño, los días y las horas corrían tanto como el incremento en mi ansiedad, mi intriga, mis miedos, mis dudas; como seria personalmente, que sentiría cuando la tomara entre mis manos.

Finalmente el gran día llego, vino un mensajero y me dice que ya esta aquí, que esta en Bs. As. esperando por mí; sin mas fui a su encuentro y ahí estaba, tal como en las fotos, su presencia es imponente, te hipnotiza, te atrapa, te cautiva..., de figura estilizada y alta, su cuerpo fuerte y esbelto, pujante y macizo, inspira seguridad y confianza, al verla me quede sin palabras, sus tonos oscuros casi únicos realzan sus delicadas curvas y líneas exclusivas, denota una personalidad aplomada fría y silenciosa, como esperando su momento, esperando que la inviten a hacer lo suyo, a que la tienten... y es ahí cuando realmente se muestra infalible.

Ella ahora es mi compañera inseparable, mi mejor aliada y a quien confío mi vida; su nombre es ZUMBAGA, "Quien toma tu Alma" en lengua Zulú, es mi lanza y vino para quedarse.-




Nuestra primer noche juntos...

No importa cuantas veces lo imagines, en tu mente y en la protectora tranquilidad de tu hogar, no importa. Nunca podrás imaginar lo que es estar ahí, nunca podrás imaginar lo que es estar con la bestia frente a frente a escasos metros peleando en el barro luchando por su vida y por cobrar la tuya, todo sucede tan rápido... creíste estar cazándolo y en un instante te convertís en presa, sos parte de ese cuadro natural de la supervivencia y evolución de cada especie, de esa pelea en la cadena alimentaria, sos parte de una lucha mortal. Cuando lo tenes empacado y golpeando el suelo con sus patas todo se mueve, la tierra tiembla a tu alrededor y viendo al animal a los ojos, su mirada ciega de furia desatada, escuchando sus bufidos, sus gritos ensordecedores, infinitos, atemorizantes, el rechinar de sus afilados y desproporcionados dientes, ves realmente al horror, es una fiera impredecible haciendo que nuestros peores miedos se hagan realidad; podes oler su aliento salvaje, desagradable caliente y húmedo mientras te encontras agobiado, empapado, envuelto en barro, adrenalina, sudor y sangre, entumecido, acalambrado y finalmente... todo se acalla, se produce un oscuro, frío y largo silencio, Zumbaga creo un silencio respetuoso, silencio que hasta ese momento desconocía; viví ese instante donde la inteligencia pudo mas y prevaleció por sobre la fuerza. Finalmente logre ultimarlo y apañar nuestro dolor.












En otra Tierra




Transcurre el Lunes y no salgo de mi asombro, sigo inmerso en nuestra ultima cacería, ansioso que finalice la semana para volver a esa paradisíaca tierra, una tierra cargada de leyendas, un lugar perdido en el tiempo escondido en la geografía Entrerriana.

Partimos a una nueva aventura con Carlos y los catitas muy temprano de madrugada, con la incertidumbre de que nos depararía el destino; no hacíamos otra cosa mas que preguntarnos como seria el terreno, cuan hábiles cazadores serian nuestros anfitriones, que tan esquivas nuestras presas, que estrategias aplicaríamos, etc. Ninguna pregunta que no nos hayamos hecho una y mil veces con el mismo entusiasmo y ansiedad como si fuese la primera vez que salimos a cazar.

Transcurrieron el tiempo y los kilómetros recorridos, tan rápido que sin darnos cuenta ya estábamos en zona; un paraje perdido, casi ignorado, secundante de un Pueblo apenas mas conocido. LLegaron los porteños!! fueron sus primeras palabras, nos recibieron en el galpón de la casa, entre perros y pertrechos típico de un hombre de campo y cazador. La madrugada aun estaba fresca y la cubría un manto de espesa niebla, la fogata ardiendo y el mate que no se hizo esperar.
Una vez ya alistados recorremos unos pocos kilómetros hasta dar con un lanchero quien nos llevaría al punto de inicio de nuestra cacería. La navegación fue larga, de unos treinta minutos, minutos interminables, minutos donde el tiempo parece detenerse y regalarnos ese momento, que lindo fue ver al Sol fuerte y brillante posado sobre el Río Uruguay, como si descansara sobre su viejo amigo inquieto, calentando su majestuoso caudal; en la proa de la embarcación, dos lugareños que nos acompañaban, en sus ojos podía verse nuestro mismo entusiasmo, nuestra misma necesidad, esa necesidad interna de cazar.

Desembarcamos en una costa crecida por sudestada, con la vegetación tupida y enmarañada, Sauces y espinillos que desconocían nuestra presencia, en cuanto pude ver el suelo, vi el rastro de un chancho grande, quien dejo su huella fresca de haberse anticipado solo por algunas horas, su huella tranquila, su pisada firme, sin prisa recorriendo sus dominios.

Exploramos varios kilómetros sin lograr buenos resultados, respetando las costumbres y modos de búsqueda y rastreo de nuestros anfitriones, quienes a nuestro entender no estaban haciendo del todo bien las cosas. En nuestro largo recorrido atravesamos distintos terrenos desde los fangosos costeros, cruzando varios arroyos, pasando por tupidos montes, y hasta plantaciones de álamos, las que creaban un bosque dando un entorno fascinante, mezcla de una vegetación y flora únicas propias del lugar, con el otoño ya sobre las copas de sus gigantes, cambiando sus follajes y creando una paleta de tonos singulares.
Ya dando por finalizada la jornada de caza, que si bien no tuvimos el éxito esperado nos sirvió de gran aprendizaje, nos recoge nuestro práctico lanchero, un hombre sencillo, callado, quien con su silencio no hacia mas que hablarnos de esa gente, de su gente, de sus pares de las islas, gente que sobrelleva sus vidas viviendo en y de la naturaleza, gente que se alimenta y vive de los frutos del Uruguay, gente de la que no escuchamos acá, gente que nos enseñaría a ser mas gente.




Mi querido Río Uruguay, muy pronto nos volveremos ver...
Pasaron unos pocos días y tal como prometí nos volvimos a ver, no podía dejar de visitar ese lugar y esa gente, quienes hicieron de su hogar el mió.

Esta vez las cosas se hicieron a mi modo de acuerdo a mi experiencia, pedí ser yo quien guiara la cacería y accedieron sin prejuicios.

El resultado fue el mejor que pudo haber coronado esa fabulosa jornada, tras haber rastreado, perseguido y acechado un muy buen Axis durante unas horas, finalmente logre el ángulo de disparo que si bien no fue el ideal, fue suficiente para asegurarlo.





Y como dije aquel día, una vez más mi querido Río Uruguay, muy pronto nos volveremos a ver…

Si no fuera por...

Nada de este mágico y cautivador Modo de Vida hubiera conocido de no haber sido por mi gran amigo Carlos Couto y el tan cuestionado Gen, quienes me introdujeron en el fascinante Mundo de la Caza Mayor, ellos fueron quienes guiaron mis primeros pasos y guían actualmente, fueron quienes desataron esa necesidad dormida..., la de proveer y proveernos, la de prevalecer en la cúspide de los cazadores preservando nuestro tan disputado primer puesto entre los mamíferos.

Lo importante del cazar no es el tamaño del trofeo, sino haber obtenido tu presa”.

Dedicado a los que sin estar siempre nos acompañan, esos dos perritos locos, al poderoso Yako, a Sebastián Zuck y a todos aquellos que quieran ingresar en este fascinante Modo de Vida.—

Naturaleza versus Humano




Que abrumadora desventaja... como ser parte sin interceder en ese delicado equilibrio natural; aunque aquí ya entraríamos en un tema filosófico donde surge el inevitable y hasta casi soberbio cuestionamiento acerca de si esa desventaja es tan abrumadora o si bien estaremos intercediendo en el equilibrio natural, ya que si estamos en el lugar, es porque naturalmente esta bien que estemos.
Si la naturaleza nos permite recorrer su seno y nos muestra sus secretos, como es que no somos parte y que nuestras acciones interfieren, nada sucede sin que la gigantesca maquina natural lo contemple; debemos entonces guiar nuestras acciones solo por el instinto y raciocinio, y no por nuestras ambiciones o satisfacciones.
Claro esta que si trasladamos Naturaleza versus Humano a un plano comparativo, debemos considerar un espectro muy amplio, tan amplio que ineludiblemente quedarán aspectos sin contemplar.

Entre ellos podemos mencionar al Clima, al terreno, mareas, distancias, entre otros....; en contraparte de nuestros antecesores hoy podemos saber el clima a futuro con un grado de exactitud bastante elevado, como así también conocer el terreno y las distancias mediante mapas electrónicos, GPS, cartografía y mucha información detallada a nuestro alcance; conociendo esos datos será suficiente para preparar nuestro equipo e idear un plan, con procedimientos, siguiendo reglas con efectivas técnicas y métodos para intentar lograr satisfactoriamente nuestro objetivo.

Pues bien, aquí no terminan los considerandos ya que la naturaleza cuenta con muchos mas aliados a dominar que los mencionados, como ser entre otros, los cambios repentinos e imprevisibles; tales como una neblina inesperada en lugares y a horarios fuera de lo frecuente, lo cual seguramente hará variar tu ruta, modificando así tu itinerario pautado, comprometiendo las distancias, desgaste físico y el tiempo de recorrido, tus raciones de alimento y bebida, en definitiva, lo que a prima fase puede verse como una simple dificultad, puede desatar una grave complicación.

Nuestro reto no termina aquí, ya que todo lo mencionado hasta ahora son elementos que, si bien no podemos controlar, podemos sí estar preparados para afrontarlos, son fenómenos conocidos; ahora bien, que sabemos acerca del “Idioma Natural” como entenderlo y obtener ventaja, como mezclarnos entre ellos sin que nos perciban, sin que las distintas especies animales con sus accionares delaten nuestra posición.
Manejándonos muy cuidadosa e inteligentemente dentro del terreno podemos evitar ese idioma natural, su mejor aliado, que considero, es nuestro desafío mas importante. Por si algunos necesitan un ejemplo de este Idioma Natural, citare al por todos conocido Tero, esas pequeñas cornetas aladas, esos grandes delatores; no existe ser vivo que se acerque a uno de estos chillones amiguitos y no sea detectado y delatado de inmediato, levantan vuelo y comienza su aviso frenético al resto de la fauna; con esto me refiero a que no debemos obviar, ni intentar hablar tal Idioma, sino solo entenderlo, interpretarlo, pudiendo así lograr evitarlo.

En el Comienzo


Para entender un poco mas acerca de nuestra necesidad de la caza, de “nuestro modo de vida”, debemos conocer primero a nosotros mismos, conocer el por que, que nos motiva, que nos incita; entonces bien, veamos un poco quienes somos y de donde venimos.

Aparición de los Mamíferos

Hace 200 millones de años desaparecieron los grandes reptiles, los dinosaurios y comenzó el desarrollo de los mamíferos. Pequeños animales que dejaron el suelo para trepar a los árboles. El salto a la vida sobre los árboles se debió, posiblemente, a la necesidad de sobrevivir.

Surgimiento de los Primates

Hace 40 millones de años, entre los mamíferos se desarrollaron diferentes tipos de monos llamados primates. Los primeros primates fueron animales pequeños, de hábitos nocturnos, que vivían (casi siempre) en los árboles. Con el tiempo, algunos de éstos fueron cambiando sus hábitos y características físicas: su cráneo fue mayor, creció su cerebro, podían tomar objetos con las manos, adaptarse al día y alimentarse de frutas y vegetales.


Los Homínidos
Se llama así a una de las dos familias de monos en que se dividió el grupo de los primates. Mientras que en la familia del orangután, del gorila y del chimpancé no hubo cambios, hace 15 millones de años en la familia de los homínidos comenzó la evolución hasta el hombre actual.


Los primeros homínidos y el largo camino hacia el hombre

Diversas fueron las especies que unieron al hombre actual con los primeros homínidos. Las especies que representaron verdaderos saltos evolutivos, es decir, verdaderos momentos de cambio, fueron las siguientes:


Australopithecus: fue el primer homínido bípedo (caminaba en dos patas y podía correr en terreno llano). Poseía mandíbulas poderosas y fuertes molares. Su cerebro tenía un volumen inferior a los 400 centímetros cúbicos. De aquí se deduce que el andar erguido se produjo mucho antes que la expansión del cerebro.
El primer australopithecus fue encontrado en la década de 1960 en África oriental.


Homo habilis: coexistiendo con el australopithecus apareció esta especie de homínidos. Tenían un cerebro más grande, alrededor de 700 centímetros cúbicos. Su característica más importante fue el cambio en su forma de alimentación: ya no sólo comían frutas y vegetales sino también animales. Actualmente los investigadores no están de acuerdo sobre si el homo habilis cazaba intencionalmente y fabricaba utensilios para hacerlo.

Homo erectus: algunos lo consideraron el representante directo del hombre, pero hoy se sabe que muchos austratopithecus anteriores poseían rasgos semejantes. Son los primeros homínidos que se distribuyeron ampliamente por la superficie del planeta, llegando hasta el sudeste y este de Asia. Poseían un cerebro mayor que el del homo habilis: alrededor de 800 centímetros cúbicos. Conocían el uso del fuego y fabricaron la primera hacha de mano. El primer homo erectus fue encontrado en java (Oceanía) a fines del siglo pasado. El hallazgo de restos de homínidos de esta especie en las cavernas de Pekín permitió la reconstrucción de algunos aspectos de su vida.


Homo sapiens: vivió en Europa, en África y en Asia. Los hallazgos arqueo­lógicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en las for­mas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido, aumento en el tamaño de las poblaciones, manifesta­ciones rituales y artísticas. El represen­tante del homo sapiens más antiguo es el hombre de Neanderthal (Alemania), y en tiempos más modernos, el hombre de CroMagnon (Francia).


Homo sapiens sapiens: Sus características físicas son las mismas que las del hombre actual. Su capacidad cerebral es de alrededor de 1400 centímetros cúbi­cos. Se cree que apareció en Europa hace alrededor de 40.000 años. El homo sapiens sapiens es el que protagonizó, a partir del año 10.000 a.C., cambios muy importantes en la organización económica y social, como las primeras formas de agricultura y domesticación de animales, y la vida en ciudades.

El cráneo humano ha cambiado drásticamente durante los últimos 3 millones de años. La evolución desde el Australopithecus hasta el Homo sapiens, significó el aumento de la capacidad craneana (para ajustarse al crecimiento del cerebro), el achatamiento del rostro, el retroceso de la barbilla y la disminución del tamaño de los dientes. Los científicos piensan que el increíble crecimiento de tamaño del cerebro puede estar relacionado con la mayor sofisticación del comportamiento de los homínidos. Los antropólogos, por su parte, señalan que el cerebro desarrolló su alta capacidad de aprendizaje y razonamiento, después de que la evolución cultural, y no la física, cambiara la forma de vida de los seres humanos.


EL Hombre moderno
Creo que con la información previa y para no transformar el escrito en una clase de Antropología, entendemos se desprenden conceptos que nos indican claramente qué nos motiva a continuar nuestra tradición milenaria. Es evidente que en nuestros genes sobrevive el instinto, ese instinto genético, hormonal, la necesidad de proveer y proveernos del sustento, esa necesidad imperiosa de sobrevivir, esa necesidad inconsciente y natural de evolucionar, combinando instinto y paciencia con nuestra actual inteligencia

Espíritu de una Pasión




La motivación que me llevo a la creación de este espacio, fue la de compartir mis conocimientos como cazador.

La naturaleza versus el ser humano nos impone un reto fascinante.

Llevo solo unos pocos años practicando y aprendiendo el "Arte de la Caza Mayor" y me considero tan solo un noble y novato aficionado sediento de nuevos conocimientos y vivencias.

Soy un afortunado en mi profesión ya que tengo la suerte de aprender de los más exitosos.

Mucho hemos leído acerca del “Arte de la Caza”, particularmente prefiero llamarlo “Nuestro modo de Vida”; ya que la definicion de arte es: un conjunto de reglas para ejecutar bien algo; y nuestro modo de vida, sin tratarse de nuestro sustento, no necesita de mayor interpretación, no se trata solo de un conjunto sino de un TODO.

He visto mucha gente capturando y ultimando animales, o bien, solo fusilándolos, muy cómodos y a buen resguardo; es en este punto donde sucede la bifurcación en nuestros senderos ya que para éstos el cazar es solo un entretenimiento más y es ahí donde para nosotros comienza la ultima etapa de nuestro modo de vida.

“Lo importante no es cazar, sino estar cazando”, frase célebre del Dr. Santos Dumont muy utilizada entre ejecutores y diría casi, una frase ya gastada; siempre me pregunto cuantos de quienes la dicen conocerán realmente quien fue, o mas allá de su persona, como cazaba el Dr. Santos Dumont, seguramente nadie sabe nada acerca suyo y mucho menos de sus gustos por la caza.

No es el espíritu de este escrito instaurar un debate en cuanto a los gustos y pasatiempos de cada cual, mas no creo que lo importante sea estar cazando..., ya que lo importante es tomar la decisión de orientarse en la naturaleza y seguir un principio, manteniendo una línea, una conducta, un régimen, haciendo así que esta naturaleza sea en un TODO nuestro modo de vida.

Entonces bien, a que pretendo referirme en concreto?; a que solo el día que no necesites de otros que hagan tu trabajo, o de sequías y hambrunas que guíen las presas al cebo y seas tu mismo quien pueda encontrar y seguir un rastro, caminar en el barro, arrastrarte en las espinas, ver en la oscuridad, oír en el silencio y oler el viento, ...entonces, recién ese día, te llamaras CAZADOR
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